Unos buenos amigos me pidieron esta tarta para hacer un regalo a una niña que hacía su primera comunión. A la pequeña le encantan las princesas Disney y su favorita es Ariel. Ya sabéis que algunas veces me pillan estas cosas un poco despistada y rápidamente pensé en la sirena en el fondo del mar para decorar la tarta... Pero por un lado, me parecía que esa estética no iba muy acorde con la celebración de una comunión, y por otro a ellos les gustaba la idea de una tarta de corte clásico que representara a Ariel en su versión princesa y no sirena. Así que me dispuse a simular en la tarta el vestido de Ariel aprincesada y aquí es dónde mis amigos me tuvieron que poner al día en cuanto a colores y tonalidades, l@s niñ@s se fijan en ese tipo de detalles y yo con mi despiste de carca ya iba a poner a la Sirenita de color azul.
El tono verde agua fue difícil de encontrar, conseguir y trabajar, pero quedé contenta con el resultado. Quise darle importancia y detalle a la parte trasera de la tarta, muchas veces olvidada... Remataba la tarta una corona acompañada de conchas y se coló a última hora Sebastián sobre un lecho de arena hecho con galleta molida.
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